Perdida

Por Sara Zusman de Arbiser

Hace un año y medio leí la novela “Perdida” de Gyllian Flynn y me pareció muy original y además muy bien escrita. Es un thriller psicológico brillante.

Es una de esas novelas endiabladas y perfectas que te envuelven y no te sueltan.

La historia está narrada desde dos puntos de vista contrapuestos: la voz masculina, el marido Nick, cuenta en primera persona, y escuchamos la voz de la esposa Amy, a través de su diario, y el resultado es sorprendente, nos permite llegar a conocerlos a ambos.

La película es una adaptación bastante fiel de la novela. A pesar de que ya conocía el tema, me volvió a atrapar esa historia. Me sorprendió que la guionista del film, que es la misma escritora del libro, cambió el final de su novela para la película, lo que le da un agregado importante y con componentes siniestros al desenlace.

Pocas veces las adaptaciones literarias al ámbito cinematográfico salen bien paradas, sin embargo, “Perdida” (Gone Girl), la nueva película del director estadounidense David Fincher, es una excepción a esa regla.

Son muchos los temas abordados y cuestionados. Fundamentalmente, es una crítica mordaz al lado oscuro y oculto del matrimonio. También señala los aspectos más perversos del periodismo y de la televisión.

Es una mirada que cuestiona y alerta acerca de los peligros de la vida matrimonial y la convivencia. Nos muestra cuánto puede influir la personalidad y la psicopatología de cada uno de los integrantes sobre el otro.

Pero, sobre todo, cómo se pueden producir nuevos cambios, una vez que la pareja empieza a resquebrajarse.

Esos cambios, que se generan, inevitablemente, entre ambos cónyuges, se reflejan aquí con consecuencias que conviene no contar a quienes no leyeron la novela ni vieron la película.

Gyllian Flynn, la escritora y guionista, refiriéndose a la historia de “Perdida”, dijo en una entrevista: “De lo que estaba más segura, en principio, era de que quería escribir algo sobre el muy extraño toma y daca que es todo matrimonio y cómo el matrimonio es algo peligroso, porque estás unida a alguien que sabe a la perfección cómo presionar cada uno de tus botones y para qué sirve y qué activa cada uno de ellos y que, por eso, de proponérselo, puede llegar a hacerte mucho daño”.

Para no revelar más de la cuenta, sólo puedo decir que este filme empieza con una mujer desaparecida y una investigación policial.

Amy Dunne (Rosamund Pike) desaparece el día en que cumple cinco años de casada con su esposo Nick Dunne (Ben Afleck).

A partir de ese instante se desatan juegos de poder y perversidad que quiebran las reglas de lo que llamamos amor.

Los otros protagonistas que están muy presentes en esta historia son los medios de comunicación y el tratamiento sensacionalista y perverso que despliegan y su capacidad para modelar la opinión pública.

Gillian Flynn, antes de escribir esta novela, trabajó durante diez años como crítica de televisión para el Semanario “Enterteinment Weekly”, así que sabe bastante de ese tema.

Recomiendo calurosamente la lectura de la novela y/o ver la película.