Sin Tiempo

  • Dr Albert Brok. Past-President, Section I, Division of Psychoanalysis and currently Member of Board of Directors, Division. of Psychoanalysis, Am Psychological Associaton,  USA. Integrante de la comisión de cine Asociación Psicoanalítica Argentina.
  • Dra Monica Cruppi, Miembro titular en función didáctica de la  APA, Argentina. Integrante de la comisión de cine de la Asociación Psicoanalítica Argentina.

En este trabajo reflexionamos sobre la experiencia y el uso del Tiempo en la Posmodernidad, su relación con un producto cultural como el cine y sus efectos en las subjetividades. Efectos que observamos tanto en New York como en Buenos Aires, trabajando en la clínica psicoanalítica, a partir de pacientes que no “pueden” o no quieren, atravesar lo mejor del dispositivo psicoanalítico que, en nuestra opinión, es la capacidad de profundizar la experiencia clínica; a partir de un proceso, que inevitablemente lleva a disponer de tiempo para sí mismos.

Para señalar las diferencias temporales en el área sociocultural y sus efectos en la subjetividad, nos referiremos a tres films que, a pesar de estar distanciados entre sí por más de 70 años, comparten al ‘tiempo’ como denominador común: “Tiempos Modernos” (1936), “Amor en el aire” (2009) y “El lobo de Wall Street” (2013).

Estos films reflejan el discurso social epocal, la alienación social y la enajenación del sujeto, conjuntamente con el “uso” del tiempo.

Tomando la terminología de Z. Baumann (2004), estos films evidencian lo sólido y lo líquido de algunos vínculos interpersonales; es decir, variaciones en las relaciones hacia vinculaciones cada vez más superficiales y narcisistas.

“Tiempos modernos” (“Modern Times”) es un film escrito, dirigido y actuado por Charles Chaplin. Utilizando el humor como recurso, este largometraje evidencia un aspecto social de su época. Su mensaje es una crítica al sistema socioeconómico de esos días: el trabajo mecanizado, la línea de producción (paradigma del  tiempo), los bajos salarios, el estrés, la opresión y la pobreza e injusticia social que viven las clases más vulnerables. Su argumento, sintéticamente, versa sobre el frenético ritmo de la cadena de montaje y las vicisitudes de un obrero metalúrgico que trabaja apretando tuercas y acaba perdiendo la razón. Si bien este film tiene varias aristas para analizar, podríamos pensarlo en la relación tiempo/época.

En “Modern Times”, Chaplin encarna a un ser que se rebela contra una autoridad malvada que lo cosifica a través de la explotación, representada por un sistema capitalista que usa el trabajador como objeto. El empuje hacia la enajenación está en relación a aumentar la producción con una mayor rapidez en una línea de montaje y como una máquina más. La película muestra claramente la relación entre tiempo, producción y alienación. La aceleración del mismo en función de la producción, la cosificación del sujeto y su derrumbe. El tiempo es el amo del sujeto, lo domina; el tiempo esclaviza al hombre, lo posee y no al revés.

Ahora bien, esta ecuación no está lejos de lo que hoy nos toca vivir, en una época de mayor aceleración. Actualmente, el tiempo de la existencia demanda inmediatez a los sujetos las premisas de “no hay que perder el tiempo” o “no hay que perder ninguna experiencia”: El Otro exige un goce pleno obturando de este modo el ritmo del deseo (el mismo para estimularse requiere de la espera).

En “Up in the Air” (2009) el personaje de Ryan, interpretado por George Clooney, es un hombre “moderno”, guapo, ingenioso, asertivo. Su única motivación en la vida es poder llegar a acumular 10 millones de millas en American Airlines, lo que le permitiría viajar gratis de forma indefinida. El millaje es todo para él y el resto de los aspectos su vida así como sus vínculos íntimos, han quedado en un segundo plano. Ryan vive “en el aire” como demanda su trabajo. Su departamento a donde muy pocas veces llega lo refleja: se trata de un espacio frío, despojado y del cual no ha podido “apropiarse”, para darle un toque de humanidad. Ryan se trata a sí mismo y a los demás como “objeto”, un ser desafectivizado viviendo en el aquí y ahora, confundiendo intimidad con deseo sexual.

En “El lobo de Wall Street” (2013), basada en la biografía de Jordan Belfort –un hombre contemporáneo– se puede observar que nuestro “tiempo tecnológico” –tal como señala G. Deleuze  (1999)– es el resultado del pasaje de la vieja fábrica a la empresa actual; de la producción industrial a la venta de servicios, de la producción a la superproducción. Un ejemplo de ello son los callcenters, espacios donde la celeridad del tiempo, la alienación y la enajenación, están dadas por las comunicaciones, tal como lo muestra este film. Asimismo, el film muestra la superficialidad en las relaciones y la explotación y el engaño en función de la obtención de dinero; como un bien en sí mismo.

Los ecos de estos escenarios los vemos en la clínica actual, signada por el vacío,  donde nos encontramos con: depresiones adicciones, pánico, angustias por la fugacidad en los vínculos y  culpas  por no gozar lo suficiente. El empuje social señala  la obligación de estar bien, alegre, eufórico, desmentir los duelos. Se trata de la lógica del “hay que ser feliz ya” como bien lo describe este film.

Comparando estas películas observamos en “Tiempos modernos”, la lucha del obrero contra su cosificación; en “Up in the air” al sujeto que ha internalizado dicha cosificación; y en “El Lobo de Wall Street” a esta objetivación en uno de sus grados más altos.

En esta trayectoria cinematográfica de 77 años entre “Modern Times”, “Up in the Air”, y “El lobo de Wall Street”, se ve reflejado el movimiento inevitable de una cultura cada vez más narcisista, cuyo resultado es la cosificación del sujeto y, por ende, del semejante con el empuje del gran Otro.

En la lógica actual, el momento es lo que importa y el tiempo resulta un enemigo. No se observa el deseo de conocer profundamente a un otro, no se dispone de tiempo para una relación; ni siquiera la que requiere la intimidad con uno mismo.

¿Será que la idea introspectiva de conocerse bien y de una manera profunda ha prescrito? Es evidente que la cultura actual resulta un auténtico desafío para la práctica del Psicoanálisis.

Parte de esta discusión fue presentado por el Dr. Albert Brok, en Una Travesia por la fábrica de Sueños,( 2012) Letra Viva, Buenos Aires. 177 – 184 y por la Dra. Mónica S. Cruppi en : Dr. Albert Brok, Chair: Cinema and Psychoanalysis, Connections, Synergies and Differences: A perspective from Latin America and the United States, Second International Conference on Cinema and Psychoanalysis, New School for Social Research, New York,  July 18, 2015. y en el artículo “Tiempos Modernos” publicado por la revista Imago Agenda-Marzo-Abril 2015.

Bibliografía

  • Bauman, Z. (2004). Modernidad líquida. Modernidad líquida. Buenos Aires: FCE.
    Brok A. Cruppi, M y otros Una Travesia por la fábrica de Sueños,( 2012) Letra Viva, Buenos Aires.
  • Deleuze, G. “Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian Ferrer  (comp.). El lenguaje libertario, Buenos Aires, Altamira, 1999  Recuperado el 26 de octubre de 2014.