Efemérides

Un pasado que se vuelve presente en cada acontecimiento

Existen varias maneras de ver la Historia. Hay una historiografía de los hechos secuenciales que la hicieron, con diversas corrientes que cuentan a esos hechos de diferentes maneras, algunas opuestas entre sí, entre ellas el revisionismo histórico.

A su vez hay también historias individuales e historias de grupos, de pueblos, hasta del Universo todo. Las historias individuales transcurren dentro de las grupales y son atravesadas por aquéllas, a las que a su vez generan.

No existen individuos fuera de la Historia. Cada uno es de alguna manera producto de su época y de su historia individual dentro de esa época con las personas de su entorno que transcurre en esa Historia que se vuelve universal.

Pero hay más. Está la historia afectiva, la de sus individuos con sus transferencias sobre los hechos y personajes de la Historia, transferencias individuales y grupales que se repiten en los pueblos en lucha, con sus líderes representativos de un pasado que se vuelve presente en cada acontecimiento. La efemérides revive ese pasado, lo pone en el presente, le da significado y busca desde ahí modificar el futuro, sacarlo de la simple repetición. No siempre lo consigue, muy pocas veces podríamos decir, la repetición vence. De cualquier manera la historia otorga significados que dan sentido al existir. La transferencia afectiva sobre lo revivido en cada acontecimiento de la historia otorga la energía para enfrentar el presente y cambiarlo (realizar la acción específica, diría Freud). Sin embargo, existen momentos en la vida en que uno siente lo que nos dice Macbeth ante el lecho de muerte de su esposa: “La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se lo oye más…: un cuento contado por un idiota con gran aparato, y que nada significa.” Ese es el momento en que uno es arrasado por lo doloroso del pasado que se transforma en ese cuento del idiota y con ello pierde ese presente significado desde aquél.

El sentido entonces está en ese pasado, de ahí la necesidad de historiarlo, de otorgarle significado y sentido a nuestra vida, a lo hecho en ella, a las ideas que nos cruzaron, a nuestra manera de pensar, de ser. La efemérides es la celebración de un hecho importante de nuestra historia, de cualquier índole. La importancia se la otorgamos individualmente al sentirla, al ver cómo se une con nuestro presente y puede cambiar nuestro futuro.

Dr. José Luis Valls.
Miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Coordinador del Departamento de historia del psicoanálisis “Dr. Celes Cárcamo”


Nota

Este 2016, es un año de grandes efemérides ya que coinciden los 400 años de la muerte de Cervantes y Shakespeare, 200 del nacimiento de Frankenstein, 100 años de la muerte de Rubén Darío, 100 años cumple el Dadaísmo y 50 años la publicación de “A sangre fría” de Truman Capote y 30 años de la pérdida de uno de los más destacados escritores del siglo XX, Jorge Luis Borges; entre otras conmemoraciones. Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1874056-ano-de-grandes-efemerides-vanguardistas-clasicos-romanticos-y-borges

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