Los Post-Alfa: sujetos de la modernidad tardía

Por Mónica Cruppi

El avance acelerado de las tecnologías de la información y comunicación (TICs), el auge del consumismo y la mercadotecnia, tienen capturado a gran parte del mundo. En este escenario, crecen las nuevas generaciones a las que F. Berardi (2007) denomina “post-alfabéticas”. En paralelo, con una concepción similar M. Prensky (2004) llama a esta generación los “nativos digitales”. Se trata de un grupo social que no tiene mucha empatía con las producciones escritas en tanto el que el alfabeto no ha tenido una función formativa en ellos, tal como lo ha hecho en las generaciones anteriores. Son personas que crecieron rodeadas de TICs, que los introducen en otra dimensión de la realidad: “la virtual”, con el desanclaje de espacio, tiempo y la descorporalización que conlleva.

La realidad virtual les permite acceder a otra dimensión temporal diferente a la de otras generaciones: el ciberespacio es una nueva forma de perspectiva, una duplicación de realidad sensible en realidad virtual. En lo que se refiere a los lazos sociales, es la revuelta en la relación con el otro y con el mundo pues lo que constituye la virtualidad es la conexión de las subjetividades que participan en ella. El cuerpo real, sede de lo pulsional, de lo sensorial, de lo afectivo, no interviene en el contacto con el otro, no se expone. Según Berardi esta ecuación da como resultado un cuerpo post- humano. La virtualidad ha sustituido en parte el contacto con lo humano, con otros cuerpos.

Para este autor, esta sustitución por otros cuerpos técnicos produce una transformación esencial de la subjetividad, ya que la socialización es otra: menos corpórea y con aceleración de los estímulos y con modificación en el ambiente comunicativo. Si bien este planteo describe aspectos actuales, pienso que hay que tener en cuenta los matices de las diferentes culturas en relación al proceso de socialización de la criatura humana.

Actualmente, la mayoría de los jóvenes pertenecientes a dichas generaciones y también muchos adultos mantienen una estrecha relación con la tecnología: me refiero al uso de los dispositivos móviles, gadgets, consolas, tablets, ipods, netbooks, etc., con acceso a internet, que son utilizados en todas las áreas de la vida además de la social. La vida de la mayoría de estos sujetos  gira alrededor de la web. Muchos utilizan sus dispositivos móviles como “prótesis” y generalmente se encuentran interactuando en diferentes redes sociales, lo cual trae otra dimensión: la de la de la relación de intimidad que se establece con el artefacto y la del “tercero” presente a través del artefacto.

Otro punto para tener en cuenta en relación a los cambios subjetivos, es el aspecto del multitasking –múltiple atención y tarea– que el uso de la tecnología desencadena, junto con la información que preferentemente se obtiene de la web, la interacción en las redes sociales y el cumulo de datos que se recibe.

Vivimos en una cultura visual, tecnológica y globalizada, donde casi nadie se encuentra al margen de ella y de ser tocado por estos cambios que se imponen desde lo social en el día a día. Deberemos prestar especial atención a la evolución de las relaciones sociales en este nuevo contexto social cargado de nuevos valores y significaciones.


Art. publicado en Imago- Agenda marzo 2016