Presentación de Secretaría Científica del mes de mayo de 2019
La modalidad ilusoria del oráculo impone una creencia por sobre el juicio de realidad. Lo oracular produce una realidad imaginaria que instala un destino fatal o salvador y su doble: la nada.
La nada es un estado mental sin representación simbólica y a la vez objeto para el Yo melancólico en el cual anida la identificación al desecho. Su reverso maníaco es también sacrificial.
Cuando alguien cree en la fatalidad y goza inconscientemente esperándola, o cuando cree en la salvación como por ejemplo el ludópata que supone se hará rico, ese destino se constituye en un doble ilusorio e imaginario que se torna real y, si se ve frustrado, su efecto puede desencadenar dolor de existir o la pérdida del sentimiento vital. Esta desvitalización se diferencia de la tristeza que forma parte del trabajo de duelo pues, justamente, constituye una falla del duelar.
Muchos analizantes lateralizan su transferencia en soluciones mágicas o hacen pasajes al acto intentando salir de la escena que los atormenta.
El pensamiento oracular tiene algo de fanático porque no duda, sino que escinde y refuerza las creencias e identificaciones más primitivas.
Mirta Goldstein, Secretaria Científica