1920 - 2020 (parte 1) Nuevas concepciones de la mente y organizaciones psicopatológicas

 ÍNDICE

 Editorial

 Susana Vinocur Fischbein

Relectura y reedición de clásicos

  • El contexto del descubrimiento

Emilio Rodrigué

  • Escrito en el cuerpo. Comentario al trabajo de Emilio Rodrigué

Ana Cristina Bisson

Pluralidad de las perspectivas teóricas del psicoanálisis

  • El Psicoanálisis en 2025. La complejidad del diálogo entre neurociencias y psicoanálisis

Jorge Canestri

  • Convergencias y divergencias entre modelos de la mente. El ejemplo de Heinz Kohut

Paul Denis

  • Una reformulación conceptual de las patologías narcisistas. Los fenómenos restitutivos

José Eduardo Fischbein

  • Importancia técnica del principio de abstinencia analítica 105

Cecilio Paniagua

Temporalidad e incertidumbre

  • Enfermar de realidad. Aportes al psicoanálisis durante la pandemia

Raúl Tebaldi

  •  Cuando el cuerpo interpela al tiempo y se abre el por-venir. Algunas vicisitudes de la mediana edad

Liliana Singman de Vogelfanger

Acerca del concepto de encuadre institucional

  • Encuadre institucional y transmisión en tiempos de pandemia. Una experiencia de trabajo de la Comisión de Biblioteca y Archivo Histórico Científico “Prof. Willy Baranger”

Comisión de Biblioteca María Marcela Bouteiller y colaboradores

 Jornadas Joseph Sandler. Mayo 2019. APA, IPA, UBA

  •  La depresión en neuropsicoanálisis: ¿Por qué la depresión hace sentirse mal?

Mark Solms

  • Comentario a la presentación de Mark Solms.
    La depresión en neuropsicoanálisis: ¿Por qué la depresión hace sentirse mal?

Rafael Groisman

  • Comentario a la presentación de Mark Solms. La depresión en neuropsicoanálisis: ¿Por qué la depresión hace sentirse mal? Sobre sentimientos, rostros y narcisismos

Rubén Zukerfeld

Premio “Baranger-Mom”

  •  Migración y exilio: de la lengua madre a la lengua síntoma. Reflexiones posibles sobre algunas problemáticas de los sujetos migrantes

Romina Jennifer Alves

Revista de Libros

  • Pulsiones y desarrollo cultural de Yako Román Adissi

Por Sara Zusman de Arbiser

  •  Percepción y sueño: perspectivas actuales. Fernando M. Gómez (compilador)

Por Luz Abatángelo

Revista de Revistas

  • Revista de Psicanálise da SPPA. Brasil, Vol. XXVI, 2

Por Stella Maris Cutain

 

Obituarios

  • Homenaje a Ana Rozenbaum

Por Jeanette Dryzun, Maria Cristina Fernández y Elsa Weisz

  • Homenaje a Jacobo (Yaco) Gutman

Por Comisión de Psicoanálisis y Sociedad Coordinador: Juan Pinetta

 

Objetivos y Requisitos de Presentación de la Revista de Psicoanálisis

 

 ***************** 

Editorial

 

El título de la primera parte del presente volumen, Nuevas conceptualizaciones de la mente y organizaciones psicopatológicas, invita a reconsiderar el rol de los modelos en la ciencia en general y en el psicoanálisis en particular. En Modelos y analogías en la ciencia (Models and Analogies in Science), Mary Hesse (1966) argumenta que los modelos y las analogías son esenciales para entender tanto la práctica científica como los avances científicos, en especial para entender cómo se extiende el ámbito de una teoría científica y cómo las teorías generan predicciones genuinas. Esta notable epistemóloga sostiene que, para comprender mejor la naturaleza del modelado analógico, es necesario distinguir entre un modelo, la fuente del modelo y el sujeto, o el objetivo de dicho modelo. A partir de la naturaleza y el comportamiento conocidos de la fuente, se construye un modelo analógico del sujeto desconocido o del mecanismo causal. Es el caso de Darwin, quien brindó un ejemplo biológico al diseñar su modelo del sujeto de la selección natural, y razonó por analogía a partir de la fuente de la naturaleza y el comportamiento conocido del proceso de selección artificial. De esta manera, los modelos analógicos juegan un papel creativo importante en el desarrollo de la teoría. La cuestión que puede plantearse es si las metáforas que los modelos involucran desempeñan un rol cognitivo o si solo el lenguaje literal puede satisfacer una pretensión de verdad revelada, tal como la ciencia positivista demandaba. Una serie de filósofos de la ciencia, tales como la ya citada Mary Hesse y Thomas Khun, han argumentado que el uso de los modelos en la ciencia se asemeja al uso de metáforas, en tanto que requieren una transferencia analógica de vocabulario y crean similitudes. El razonamiento analógico es importante en la ciencia y, obviamente, se encuentra en el corazón inferencial del modelado analógico. Debe enfatizarse que 12 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXXVII N° 3 | Julio-Septiembre 2020 el razonamiento abductivo o explicativo es una forma importante de razonamiento científico por derecho propio. Dado que las teorías elaboradas en la ciencia son a menudo teorías explicativas, el uso de modelos analógicos para desarrollar esas teorías implicará necesariamente la combinación de las dos formas de razonamiento para producir una forma creativa de razonamiento conocida como abducción analógica. La ciencia a menudo busca mejorar la calidad de una teoría explicativa apelando a un tipo similar de explicación que es conocida y aceptada por la comunidad científica. De esta forma, se emplea un razonamiento analógico de tipo abductivo (Hesse, 1966). En este sentido, se entiende por modelo un conjunto de supuestos acerca de un sistema al que se le atribuye una determinada estructura, de modo que muchas de sus propiedades se expresan por referencia a esta estructura. En verdad, se ha argumentado que la explicación científica puede interpretarse como una redescripción metafórica del dominio de la explicandum (Hesse, 1966, pp. 157- 77). En efecto, muchos de los modelos del siglo XIX han sido reemplazados en la física moderna; sin embargo, como ha argumentado Khun (1979), los procesos metafóricos que los subyacen no han sido sustituidos. Conviene recordar lo afirmado por Freud (1900), en el Capítulo VII de La Interpretación de los sueños, al introducir el modelo del microscopio para delinear las localidades psíquicas: “Las analogías de este tipo sólo están destinadas a ayudarnos en nuestro intento de hacer inteligibles las complicaciones del funcionamiento mental, diseccionando la función y asignando sus diferentes constituyentes a los diferentes componentes del aparato” (p. 536). (La traducción es mía). Según C. M. Aslan (2008), un modelo teórico-clínico en psicoanálisis (o esquema referencial, o escuela, etc.) es un conjunto de teorías e hipótesis acerca del psiquismo, de su estructura —en sentido psicoanalítico—, de sus funciones y de su funcionamiento, así como de su desarrollo y de los procesos del enfermar y del curar. Todo esto incluye ideas acerca del objetivo a lograr en el tratamiento y de los métodos (técnicas) para obtenerlo. Estos factores, teoría, clínica y técnica, deberían estar conectados por interrelaciones mutuas y adecuadas. También R. Wallerstein (1889), en su discurso presidencial del Congreso de Roma, denominó metáforas a los diferentes esquemas referenciales. La metáfora tradicionalmente considerada como una figura retórica, por la cual se transporta el sentido de una palabra a otra mediante una comparación mental, ha dejado de pertenecer exclusivamente al lenguaje literario. Desde hace tiempo se sostiene que la mayor parte de nuestro lenguaje es metafórico. Los escritos compilados en este volumen han abordado el tema propuesto de diferentes maneras y demuestran cómo las escuelas psicoanalíticas son Editorial 13 aproximaciones a la verdad. Freud mismo nos dio el ejemplo al complejizar, aumentar, y aun cambiar sus propuestas a lo largo de los años. Muchas generaciones posteriores de analistas han seguido su camino hasta alcanzar la multiplicidad actual de esquemas referenciales. En la sección Relectura y reedición de clásicos, Emilio Rodrigué, en su texto El contexto del descubrimiento, título tomado de Reichenbach —quien denominara “contexto del descubrimiento” al acontecer psicológico y “contexto de justificación” a la reconstrucción racional de ese suceso para los fines de su exposición—, se propone investigar en qué situaciones el paciente descubre o inventa durante la sesión analítica. Mediante ejemplos tomados del análisis de niños, muestra la importancia de un contexto depresivo para la aparición del descubrimiento. Fundamenta sus ideas en la obra de Melanie Klein. Su punto de partida es la declaración de Melanie Klein de que el hombre inicia su vida con una concepción totalmente fantástica del mundo, basada en un sistema de símbolos formados por la urgencia que tiene el niño de crear sus objetos de amor y de alejarse de sus objetos persecutorios. De Susan Langer adopta la concepción del símbolo, definido como: “... todo procedimiento que nos permite hacer una abstracción”. En su excelente comentario Escrito en el cuerpo, Ana Bisson sostiene que Rodrigué considera que el psicoanálisis da un ejemplo de aplicación del concepto de contexto de descubrimiento mucho más consistente que el que el mismo Reichenbach había planteado. De esta manera, responde no solo al espíritu de época, sino a la necesidad del psicoanálisis de ser admitido entre las ciencias naturales, es decir, la necesidad de considerarlo una ciencia y, sobre todo, de recibir una validación negada o discutida en el campo de la medicina. Uno de los casos presentados es el de una niña de tres años y medio tratada por manifestaciones depresivas. Es un material clínico interesante, pese a la extremada sujeción del autor a la teoría kleiniana. Lo ilustra con un episodio en el que Rodrigué establece una secuencia: exteriorización de la agresión, descubrimiento, júbilo, angustia depresiva y aplicación de lo descubierto para la reparación. Otro de los casos ilustra el descubrimiento de la palabra agua por parte de la famosa ciega y sordomuda Hellen Keller, y la secuencia es la misma que en el ejemplo anterior. Primero viene la exteriorización de la agresión al estrellar la muñeca, luego se produce el cambio de humor, el descubrimiento vivido como una revelación, finalmente, la angustia depresiva y el intento de reparación. Bisson brinda una extensa revisión de este famoso caso, y en su conclusión considera que Rodrigué no deja de interpelar su tiempo y enfrentarse a él, por lo cual puede percibir los indicios del origen junto con los indicios del presente y reunirlos en 14 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXXVII N° 3 | Julio-Septiembre 2020 un solo descubrimiento, tanto si se trata de un descubrimiento terrorífico como de un momento de júbilo o un momento de caída de la omnipotencia infantil. La siguiente sección Pluralidad de las perspectivas teóricas del psicoanálisis incluye cuatro trabajos que desde diferentes ángulos se aproximan a las extensiones en la teoría, la clínica y la práctica del psicoanálisis, así como sus relaciones intra- e interdisciplinares. En su conferencia de 2015, transmitida en la apertura de un Simposio de la Federación Europea, El Psicoanálisis en 2025. La complejidad del diálogo entre neurociencias y psicoanálisis, Jorge Canestri admite la dificultad de hacer predicciones, es decir, de tratar de garantizar bases racionales para las decisiones que seguirán. Pensamos que, a menos de cinco años de esa fecha, esas hipótesis no se han tornado más fáciles dadas las circunstancias que atraviesa la humanidad, debido a la pandemia mundial provocada por la COVID-19. Canestri afirma que cuanto más abierto y complejo sea un sistema, además de estar conectado e interactuar con otros sistemas, nuestra predicción corre el riesgo de volverse más imprecisa, perdurar por un breve tiempo y estar sujeta a errores. Muy acertadamente invoca la “relación de incertidumbre”, formulada por Heisemberg casi un siglo atrás, aún totalmente vigente y de suma relevancia cuando se trata de una disciplina como el psicoanálisis. En muchos casos, sucede que la relación entre predicción y decisión se invierte, y es esta última, impulsada por las ideologías subyacentes —o agregaría, por nuestros escenarios presentes—, la que dominará la predicción y no al revés. En relación con el diálogo entre las neurociencias y el psicoanálisis, considera que es necesario no confiar demasiado en la masa de datos y observaciones provenientes de la investigación sin una reflexión teórica global, y tampoco confundir la correlación entre los eventos con las relaciones causales entre ellos. El autor recorre distintas postulaciones epistemológicas para analizar la construcción de teorías, especialmente la teoría de Freud acerca del concepto de afecto, del concepto de representación y del de pulsión. Otro recurso epistemológico al que apela para abrir la posibilidad de diálogo entre disciplinas de diferente naturaleza es al de modelos imaginarios vs. modelos teóricos, señalando el valor heurístico de los primeros, aunque no satisfagan las condiciones exigidas por el segundo. Canestri ilustra esta disyuntiva con el concepto de energía psíquica de Freud, que lo obligó de manera consciente a inventar una serie de términos para delinear una metodología de investigación adecuada a sus necesidades: fantasías científicas, mitos científicos, invenciones, representaciones intermedias o auxiliares. Una de sus conclusiones es que la relevancia de una disciplina en relación con otra, ya sea de manera detallada o más global, no puede sujetarse a una Editorial 15 evaluación lineal, bien sea que se base sobre la identidad del material tomado en consideración, o bien sobre los lenguajes de las respectivas disciplinas, sobre sus metodologías o sobre sus epistemologías. Al interrogante “ontológico”, es decir, si las entidades descritas por las distintas disciplinas coinciden, la respuesta podría ser positiva en la medida en que se aceptara el primer principio de interacción causal que afirma la identidad entre los fenómenos mentales y físicos. Este es el monismo ontológico, el materialismo, que también fue sostenido por Freud. Sin embargo, desde la perspectiva epistemológica, la consideración del segundo principio de la causalidad, dado que no es posible enunciar leyes estrictas, sino solo generalizaciones heteronómicas aproximadas, el psicoanálisis requiere un dualismo descriptivo. El siguiente trabajo, Convergencias y divergencias entre modelos de la mente. El ejemplo de Heinz Kohut, es un ensamble de dos trabajos de Paul Denis sobre Heinz Kohut, en el que se exponen dos formas de usar los modelos psicoanalíticos: o usamos los modelos como una herramienta dejándolos cohabitar uno junto al otro en una relación tipo mosaico, o se unifica lo recibido en la transmisión psicoanalítica y elaboramos nuestros propios modelos personales. Estos modos de utilizar modelos pueden ser a veces explícitos o generalmente implícitos. Denis considera que detrás de cada modelo psicoanalítico explícito hay un autor que ha sido particularmente sensible a un aspecto del funcionamiento mental y al proceso de tratamiento psicoanalítico. Los nuevos modelos pueden corresponder a una ampliación del campo de visión de un autor o pueden corresponder a la restricción de la visión de un autor. Denis no solo rastrea el inicial y exitoso recorrido de Kohut, sino que además ilustra las dificultades de la traducción de un modelo a otro con sus sucesivas formulaciones teóricas. Analiza algunos de los conceptos tempranos y otros tardíos de Kohut revisados por Anna Freud y sus diferentes respuestas a ellos: desde su opinión favorable inicial hasta sus críticas posteriores al tratamiento psicoanalítico de los trastornos narcisistas de la personalidad y el rechazo de Kohut en relación con la idea organizadora freudiana de la sexualidad infantil, la pulsión y la centralidad del complejo de Edipo. El escrito de José E. Fischbein, Una reformulación conceptual de las patologías narcisistas. Los fenómenos restitutivos, también se ocupa de las problemáticas del narcisismo, pero desde un muy diferente enfoque. En este caso, firmemente asentado en las nociones metodológicas provenientes de las teorizaciones de Pichon Rivière, así como en las conceptualizaciones teóricas y clínicas de Freud, el autor desarrolla sus ideas acerca de la patología del narcisismo y extiende el significado de “restitución” con el propósito de incluir las nociones relacionadas de “fenómenos restitutivos”, “vínculos adictivos” y “posición Yo ideal”. 16 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXXVII N° 3 | Julio-Septiembre 2020 Fischbein introduce el concepto de “fenómeno restitutivo” como aquel que sirve para reestablecer una integración de la mismidad, con el fin de eludir la fragmentación o recuperar un equilibrio cuantitativo de la carga yoica mediante vínculos con la realidad. Una noción que se equipara a una clínica de la “suplencia” generalizada. El “vínculo adictivo” —articulado con un objeto reinvestido— impulsa la existencia de una dependencia destinada a ocluir las fallas de una organización narcisista. También reformula el modelo de Bleger (1963) sobre la expresión fenoménica del conflicto en virtud de la organización de los fenómenos restitutivos y de las investiduras vinculares según las diversas modalidades del área conductual en la se manifiestan. Finaliza con algunas reflexiones acerca de la naturaleza de las demandas actuales de tratamiento y de la práctica con pacientes que exhiben patologías del narcisismo. Este apartado se cierra con la contribución sobre la práctica de un destacado analista, Cecilio Paniagua, quien en su trabajo, Importancia técnica del principio de abstinencia analítica, considera que este principio es central en las técnicas que procuran minimizar la influencia de la contratransferencia sobre la producción asociativa del analizado. El autor mantiene que las técnicas basadas en la intersubjetividad y co-creación interpretativa tienden a contaminar la exploración de las propias dinámicas del paciente al entrar en un pacto inadvertido con sus resistencias y dificultar el análisis de la transferencia de autoridad. Esta técnica —derivada de los enfoques que mantienen que la transferencia del analizado y la contratransferencia del analista son aspectos de una única entidad intersubjetiva— puede causar que el analista llegue a basar sus interpretaciones en sus propias fantasías, recuerdos y sentimientos espontáneos. Paniagua agrega que las técnicas que se oponen de facto al uso del principio de abstinencia y que recurren a estrategias técnicas refuerzan las reacciones filiales del paciente ante una autoridad parental, y hacen que este se vea implícitamente obligado a subordinar sus capacidades yoicas a las del analista. Esta situación promoverá la omnipresente influencia de la sugestión. Ilustra con claros ejemplos ciertos fallos en la aplicación de la abstinencia analítica. El tercer apartado, Temporalidad e incertidumbre, incluye el trabajo de Raúl Tebaldi denominado Enfermar de realidad. Aportes al psicoanálisis durante la pandemia, en el que lo real actual se infiltra en las concepciones psicopatológicas. El autor propone la entidad “enfermedad de realidad” como uno de los principales obstáculos para la cura psicoanalítica en el curso de la crisis generada por la pandemia. Se trata de una problemática contratransferencial, de acuerdo con las ideas de Neyraut respecto de que la contratransferencia precede a la transferencia.  En su opinión, dicha enfermedad responde a una situación propia de la problemática de los mundos superpuestos —apelando al concepto acuñado por Editorial 17 J. Puget y L. Wender— que afecta el equilibrio narcisista de analista y paciente. La inundación del mundo interno por el peligro exterior, incrementado por la sobreinformación mediática, la disminución de la satisfacción pulsional por el aislamiento y los cambios de hábitos en general derivan en la depresión narcisista y el establecimiento de un pensamiento próximo al pensamiento operatorio que amenazan capturar todo el funcionamiento mental. En sus apreciaciones sobre la teoría de la técnica, Tebaldi pondera que, si la realidad recubre, acota y desplaza la vitalidad representacional creativa, junto con los afectos libidinizantes, la colusión consistiría en el actuar en concordancia con el analista al obviar lo silenciado. Se potencia así el peso causal de la realidad. De manera similar a lo sostenido por Paniagua, el autor se opone a ciertos recursos operativos de algunas corrientes del intersubjetivismo, porque conllevan el riesgo de empobrecer las metas del psicoanálisis. Continúa el artículo Cuando el cuerpo interpela al tiempo y se abre el porvenir. Algunas vicisitudes de la mediana edad, de Liliana Singman de Vogelfanger, quien reflexiona sobre lo que sucede en la mediana edad de la vida cuando se conmueve la tensión certidumbre/incertidumbre que habita en todo sujeto. El cuerpo pulsional se transforma en el mensajero que anuncia el paso del tiempo y la finitud de la vida. El tiempo es interpelado por el propio cuerpo y desencadena un trabajo psíquico que permite poder tramitar la propia transitoriedad. Es posible que el propio cuerpo sea vivenciado como un intruso que molesta porque lo que conmueve es la idea de la propia inmortalidad. El estado de ánimo que genera es el de la perplejidad, y la vivencia es la de desorientación, acompañados de un sentimiento de enajenación. La singularidad de cada uno dará la posibilidad o no de pasar del extrañamiento a la reapropiación de aquella zona extranjera-familiar. La autora brinda una idea esperanzadora al formular que a pesar del impacto psíquico que se genera en ese período de la vida, si se cuenta con los recursos necesarios, se podría promover un cambio de paradigma que permitiría que al reconocer la limitación del tiempo personal y la incertidumbre del vivir se dé paradójicamente la apertura del porvenir y se pueda relanzar el propio deseo. La siguiente sección Acerca del concepto de encuadre institucional incluye un trabajo también generado por nuestro presente contexto existencial: Encuadre institucional y transmisión en tiempos de pandemia. Se trata de Una experiencia de trabajo de la Comisión de Biblioteca y Archivo Histórico Científico “Prof. Willy Baranger”, redactado por dicha comisión, coordinada por María Marcela Bouteiller. El propósito del escrito es mostrar los cambios y transformaciones que atravesó la Comisión de Biblioteca y Archivo Histórico Científico desde el inicio 18 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXXVII N° 3 | Julio-Septiembre 2020 de sus actividades a principios del 2019 hasta mediados del año 2020, en tiempos de pandemia y ante la suspensión de las actividades presenciales en la institución. La comisión debió cambiar su modalidad de encuentro, de presencial a virtual. Ante una situación inédita, se generaron corrientes transferenciales positivas que propiciaron soluciones creativas. No solo resultó necesario repensar el encuadre en la práctica privada, sino también el encuadre institucional, por lo tanto, se decidió hacer una investigación bibliográfica sobre la noción de encuadre utilizando artículos accesibles a través de la biblioteca digital. La investigación reveló que en cada uno de los autores consultados existía el afán de plantear interrogantes respecto de cómo abordar posibles cambios o alteraciones en el encuadre. La lectura de estos artículos permitió dar representación a una serie de preguntas que habían surgido en la comisión respecto de este tema. Esta situación no obstaculizó la continuidad de la participación en actividades científicas y la presentación de libros en una plataforma virtual. También se ofrecieron cursos de capacitación para el uso de la biblioteca digital y se realizaron varias series de videos. Se enfatizó, de esta manera, el valor de la transmisión y la importancia del diálogo entre diferentes generaciones de analistas, sobre la base de la enorme riqueza de material de biblioteca y archivo que alberga la institución. A continuación, es posible acceder a un nuevo panel presentado en las Jornadas Joseph Sandler, realizadas en mayo de 2019, auspiciadas por APA, IPA y la UBA. En esta oportunidad, ofrecemos la conferencia brindada por Mark Solms sobre La depresión en neuropsicoanálisis: ¿por qué la depresión hace sentirse mal? seguida por los comentarios de Rafael Groisman y de Rubén Zukerfeld. La conferencia de Solms, una revisión de un trabajo suyo anterior, publicado junto con J. Panksepp, considera una pregunta que sorprendentemente se descuida en la psiquiatría biológica, a saber: ¿por qué la depresión hace sentirse mal? Al hacerlo, el objetivo es utilizar la depresión como un ejemplo de las maneras muy diferentes en que el psicoanálisis y la psiquiatría se acercan a la mente en su conjunto, e ilustrar cómo el neuropsicoanálisis intenta evitar esta brecha. El autor plantea su pregunta relativa a la razón por la cual el paciente siente lo que siente, qué significa (psicológicamente) lo que siente y qué efecto tiene ese sentimiento (causalmente), porque estas no son preguntas que la psiquiatría contemporánea se tome muy en serio. Tras revisar extensamente las concepciones del conductismo, la ciencia cognitiva, la neurociencia cognitiva, la psiquiatría biológica y la neurociencia afectiva, Solms se detiene en el neuropsicoanálisis y su examen del complejo sintomático llamado depresión. Sostiene que los sentimientos que la caracterizan significan algo; la depresión surge en relación con un tipo específico de contexto Editorial 19 social, una situación biológica con significado universal. Por ende, la química cerebral que interviene en estos circuitos también significa algo: responde a una determinada situación social, a una determinada constelación psicológica, a un tipo particular de relación de objeto (la pérdida del ser querido). Esto es lo que desencadena dicho mecanismo. La eficacia del enfoque neuropsicoanalítico consiste en reducir en forma significativa la brecha existente entre una comprensión psicofarmacológica y otra psicoterapéutica de los fenómenos. No son dos formas contrapuestas de entender lo que sucede, sino maneras alternativas y complementarias de tratarlo. A diferencia de las otras disciplinas mencionadas, el neuropsicoanálisis toma como punto de partida la fenomenología de la depresión en sí y no todo lo que se correlaciona con ella. Piensa que, si se desestiman los obvios puntos de partida, ello se debe a un profundo prejuicio vigente: el que impide reconocer las consecuencias que tiene para la ciencia la naturaleza subjetiva de los sentimientos y su eficacia causal en el cerebro. Se trata de un prejuicio muy desafortunado, porque los sentimientos subjetivos existen y es casi seguro que evolucionaron por alguna razón, posiblemente para mejorar la aptitud reproductiva. En consecuencia, los sentimientos son una característica fundamental del funcionamiento del cerebro, y si los ignoramos, nosotros seremos los perjudicados. En su comentario, Rafael Groisman afirma que la exposición de Solms prepara y entrena para pulir nuestros argumentos y así poder debatir y también dialogar con la psiquiatría, el conductismo, el cognitivismo, la neurociencia cognitiva y la psiquiatría biológica, pero, además, estimula a mirar hacia adentro, hacia nuestro campo psicoanalítico y quizás retomar la búsqueda de un terreno en común. El posible diálogo entre neurociencia y psicoanálisis, junto con las contribuciones del neuropsicoanálisis, merece que se mencionen otros autores que han escrito trabajos dedicados a este tema, autores tales como S. Alvano y A. Bauleo, R. Zukerfeld y H. Bleichmar. Groisman enumera las premisas nucleares con las que el neuropsicoanálisis caracteriza al psicoanálisis: el conjunto de las necesidades innatas del bebé, la crucial tarea del desarrollo psíquico y los métodos que empleamos para satisfacer nuestras necesidades emocionales, que se ejecutan de modo inconsciente, cuyo cambio exigiría llevarlos a la conciencia. Asevera, además, que, si el psicoanálisis es la única disciplina que actualmente toma en cuenta aspectos centrales de la experiencia humana, entonces, debería ocupar un lugar excepcional en el arco de disciplinas relacionadas con la salud mental, a diferencia de las disciplinas que, al descuidar los sentimientos, no solo ignoran la característica principal de la mente, sino también del funcionamiento del cerebro, que es la sintiencia. Observa que, a diferencia de Freud, la neurociencia cognitiva, afectiva y social —nombradas por 20 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXXVII N° 3 | Julio-septiembre 2020 Solms— no comienzan con contenidos específicos singularmente significativos, sino que comienzan con ciertos comportamientos objetivos como, por ejemplo, la interacción social, las cogniciones o las emociones. A pesar de tal diferencia en el punto de partida, la inferencia de las funciones psicológicas es la misma, ya que suponen funciones psicológicas específicas para explicar la conducta observada; Freud entiende sus funciones psicológicas a partir de los contenidos mentales que observó. En consecuencia, se puede hablar en ambos casos de un “enfoque basado en funciones”. El texto de R. Zukerfeld, subtitulado Sobre sentimientos, rostros y narcisismos, plantea en su inicio una pregunta sobre si Solms diferencia las emociones de los sentimientos, porque su opinión es que lo que llamamos sentimientos son emociones que han adquirido la capacidad de expresarse en palabras gracias a un vínculo que aporta la cultura. Considera que hay emociones asociadas a memorias implícitas, que no se procesan con palabras y constituyen el campo de lo irrepresentable, los sentimientos son la articulación de una emoción con un vínculo. Su idea es que las emociones se expresan en el cuerpo, especialmente en el rostro. Se atribuyen diferentes sentimientos a los distintos rostros según la cultura, las identificaciones y las proyecciones. Relata que, en 1995, hizo con un grupo de personas una experiencia de atribución de sentimientos a nueve rostros diferentes y aporta sus resultados. También dedica parte de su comentario a desarrollar sus propias ideas sobre la tristeza y el trabajo de duelo y aquello que puede hacerlo fracasar, así como los temas de vulnerabilidad y resiliencia relacionados con los tipos de vínculos y de apego, fundamentados en las teorías de Freud y Blatt. Finaliza su extenso comentario con una viñeta clínica. En la sección Premios se ha incluido el correspondiente a la categoría Premio Baranger-Mom, otorgado a Romina Jennifer Alves por su investigación: Migración y exilio: de la lengua madre a la lengua síntoma. Reflexiones posibles sobre algunas problemáticas de los sujetos migrantes. Su propuesta de investigación en términos de una lengua síntoma surgió a partir del trabajo con pacientes migrantes y de la observación de manifestaciones clínicas vinculadas a eventuales impedimentos en lo tocante al establecimiento de lazos sociales en el contexto receptor. Se ha orientado a abordar un aspecto dentro del campo de las temáticas de migración, es decir, las dificultades que algunos migrantes presentan al momento de adquirir la lengua propia de su nuevo destino. El planteo pretende enriquecer y continuar la línea de investigación del psicoanálisis de la migración y el exilio propuesta por Grinberg y Grinberg (1984). Editorial 21 La autora propone el concepto “lengua síntoma” para hacer referencia al valor de síntoma que podría revestir la lengua madre. Esta, albergada en la fantasía, podría conllevar a una suerte de embotamiento del sujeto en esa dimensión, junto con un consecuente distanciamiento del nuevo código, o sea, la nueva lengua. Este hecho podría conducir a una marca en el decir, y con ello al advenimiento de un pasaje de la lengua madre a la lengua síntoma. Dicho término se propone para hacer referencia al valor sintomático que puede revestir la lengua madre en ocasión de eventuales obstáculos en lo tocante al establecimiento de lazos sociales en contexto destino. La autora asevera que, por el contrario, hay casos en los que la lengua madre pasa a sufrir un olvido casi absoluto, en el que su ocasional emergencia puede ser del orden del lapsus, formación del inconsciente que aparece denunciando un origen, una estructuración y pertenencia que se figura escindida y desalojada de la vida. Estos casos de olvido radical y adopción camaleónica del idioma y cultura del contexto destino podrían ser entendidos a partir de un análisis del carácter de las proyecciones realizadas por el sujeto; así, los objetos cultura y lengua otra podrían ser, eventualmente, revestidos y depositarios de toda suerte de atributos positivos, conforme resulten ser las representaciones sociales asociadas a ellas. Como es habitual, invitamos a nuestros lectores a no dejar de lado las reseñas del apartado Revista de Libros, uno de los cuales, Pulsiones y desarrollo cultural, pertenece a Yako Román Adissi, precisamente un miembro de nuestra institución que migró a España. Su libro profundamente freudiano ha sido comentado de manera muy atrayente por Sara Zusman de Arbiser. Un segundo libro, Percepción y sueño: perspectivas actuales, integra la actual Colección Pilares de Psicoanálisis en la Contemporaneidad, una colección producida por APA EDITORAL, cuyo compilador es Fernando Gómez y ha sido detalladamente reseñado por Luz Abatángelo. El libro está destinado al abordaje de algunos de los conceptos fundamentales del psicoanálisis a la luz de los tiempos que corren, y toma en cuenta sus implicancias en la clínica psicoanalítica de la actualidad. También recupera el valor del sueño en su relación con el dispositivo freudiano, al mismo tiempo que ahonda en el modo en que la percepción opera estructurando la subjetividad. En Revista de Revistas, se encuentra la exhaustiva reseña de una publicación brasileña, la Revista de Psicanalise da SPPA, dedicado al tema: verdad/mentira. Stella Maris Cutain subraya el esfuerzo de los autores por explorar el territorio de lo no representado, de las relaciones materno-filiales preverbales sobre las cuales fundan sus hipótesis. Los trabajos incluidos presentan desde la articulación del psiquismo temprano con el cuerpo y su correlato clínico, así como aportes de la literatura referidos a novelas de F. Kafka. Es relevante considerar el respeto por 22 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXXVII N° 3 | Julio-Septiembre 2020 la complejidad que muestran todos los autores, tanto de la clínica como la de las exploraciones metapsicológicas de distintas escuelas, guiados por una perspectiva integracionista. Finalmente, en el apartado Obituarios rendimos merecidos homenajes a dos muy queridos colegas de nuestra casa: a Ana Rozenbaum, con un texto escrito por tres de sus entrañables amigas Jeanette Dryzun, Maria Cristina Fernández y Elsa Weisz, y también a Jacobo (Yaco) Gutman, a través de las muy sentidas palabras de sus colegas de la Comisión de Psicoanálisis y Sociedad y su coordinador Juan Pinetta.

 

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