Gesta y suelta

Comentario sobre la obra

Por Silvia Koval

Con un nombre sugestivo que en principio no da cuenta cierta de la temática a desplegar se presenta “Gesta y suelta” una puesta en escena de nuestro valioso teatro independiente, escrita y dirigida por Lucila Eliascher, una novel dramaturga, que promete.

Un cuarto casi a oscuras con un automóvil como única escenografia, nos presenta a dos mujeres que dialogan y ponen sobre el tapete una nueva modalidad para enfrentar la dolorosa imposibilidad de procrear, “el alquiler de vientres”.

Se inicia la función con un dialogo duro que invita a una mirada profunda acerca de la problemática, una de las mujeres quiere un hijo, la otra va a prestar su cuerpo para este deseo.

Muchas son las preguntas que esta inteligente puesta permite despertar en el espectador, desde el imaginario de ser madre, hasta aquellos juicios acerca del reloj biológico, la maternidad como mandato social y las diferentes posturas éticas frente a la impotencia que genera la imposibilidad de tener hijos.

Así aparecen en escena Patricia, una mujer infértil que decide alquilar el vientre de Olga una joven extranjera con quien convive los nueve meses de gestación.

El transcurrir de la historia nos muestra como se articulan estos dos personajes desde que se conocen hasta el momento del parto, diálogos y fuertes silencios significantes, se alternan generando todo tipo de emociones.

Todo sucede arriba del automóvil, un juego dramático de encuentros y desencuentros vitales que nos hablan del desvalimiento de los personajes, la que no puede y tolera solo por el deseo fuerte y profundo de hijo y la que “gesta” y sabe que tendrá que “soltar” porque para eso fue contratada.
Un interesante despliegue actoral desarrolla desde la ficción un tema cada vez mas frecuente en nuestro día a día, pero desde una postura particular que no incluye ni juicios ni condenas.

La dirección, a mi juicio excelente, logra mostrar con claridad las emociones por las que atraviesan dos mujeres a lo largo de este “viaje” simbólico que emprenden juntas en la búsqueda de un hijo. Lo dicho y lo no dicho representado en los permanentes silencios maravillosamente logrados.
La obra se presenta en el Teatro Apacheta fuera del circuito comercial los viernes por la noche. Una verdadera joyita.