El superyo a partir de la segunda tópica

Día: 02/06/2017
Hora: 14:30 a 16:00

Invitado: Dr. José Treszezamsky

  • Coordina: Lic. Stella Poggi
  • Colaboradoras: Lic. Bárbara Abadi, Lic. Agustina Chico y Lic. Gabriela Piacquadio.

Exposición completa

Dr. José Treszezamsky: les agradezco la invitación para ocuparnos de un tema que me interesa últimamente, más o menos 45 años… pero antes de empezar y teniendo en cuenta que el Instituto de psicoanálisis de la APA se llama Ángel Garma, y la actividad es del claustro de candidatos de instituto, quería obsequiarles una foto de Garma. Esa foto es de 1970. Además Ángel se ocupó mucho del tema del superyó, el primer trabajo para ser miembro titular en la Asociación Psicoanalítica de Berlín fue un trabajo sobre el superyó en la esquizofrenia. Fue presentado en el año 1931: hacía pocos años que Freud había empezado a escribir sobre el superyó explícitamente y trataba de jugar con la nueva fórmula de la estructura del aparato psíquico en distintas situaciones, de ahí resultaron trabajos como “Neurosis y psicosis” y “El juicio de realidad en la neurosis y en la psicosis” y Garma toma una formulación de Freud de esos artículos y modifica la formulación de Freud. Freud dice que en la neurosis triunfa el superyó y en la psicosis triunfa el ello, y Garma modifica esto en base a material clínico. Garma había hecho primero psiquiatría en Berlín y después una compañera le recomendó que ingresara en la Asociación psicoanalítica. Lo entrevistó Max Eitingon, y le recomendó que se analizara con Theodor Reik y en ese instituto que fue el primer instituto que se armó en el mundo con el trípode famoso del análisis personal, la formación teórica y la supervisión, había que supervisar por supuesto pacientes. A los que no tenían pacientes el instituto les proveía pacientes, que eran gente de distinto poder adquisitivo. Podía ser un general prusiano con mucha plata o una empleada doméstica con casi nada de dinero. El general prusiano pagaba, y la empleada doméstica como no tenía dinero no pagaba pero le pagaba Max Etingon al analista que iba a analizar a esa empleada y con el dinero que ganaba ese analista le pagaba a su supervisor. O sea que Max Eitingon fue un verdadero mecenas en el psicoanálisis. El caso que supervisa Garma con Otto Fenichel, su supervisor, es el caso de una paciente alemana, actriz, psicótica cuyas primeras palabras en la primera entrevista fueron “Yo me siento culpable por todos”. A partir de ahí Garma toma ese hilo y en base a material teórico y clínico diverso y con el apoyo de Otto Fenichel que no pensaba igual que él pero que le buscó bibliografía, porque Fenichel era el Google del psicoanálisis, para apoyar su posición en base a eso, decía, escribe su trabajo que fue algo conmocionante porque decía aparentemente lo contrario de lo que decía Freud. Freud decía que triunfaba el ello en la psicosis y Garma decía que en el neurótico triunfa el superyó y en el psicótico triunfa más todavía el superyó. La diferencia era cuantitativa, y se veía claro en el material clínico. Los que no consiguen ese trabajo lo pueden leer en el libro de Garma titulado Psicoanálisis, teoría, clínica y técnica, es casi textual el trabajo original, es el capítulo sobre la esquizofrenia.
Aunque el término superyó entra en el psicoanálisis con el artículo de 1923 “El yo y el ello” en realidad ya se estaban cocinando las condiciones hacía rato, casi diríamos desde los comienzos. Desde “El proyecto…” ya hay un esbozo de algo que va a repetir en “El yo y el ello” cuando dice que la extrema inermidad y desvalimiento del ser humano al comienzo de su vida es la base para todas las condiciones morales. ¿Qué quiere decir? Que el nene o la nena van aprendiendo desde un comienzo que bueno es todo eso que genera en la madre, amor, cariño, cuidado, alimentación, protección. Y malo es todo eso que genera en la madre una reacción de disgusto, castigo, privación, frustración. Esto lo trae desde el principio, desde “EL proyecto…” y luego va a aparecer el tema de la culpa en la obra de Freud. Pero al principio es una culpa que coincide con la moral consciente del paciente. No fue de entrada la incorporación en la teoría del sentimiento de culpa inconsciente aunque sí el sentimiento de culpa. En una carta en la época de finales del ´90, aparece el sentimiento de culpa inconsciente, aunque no forma parte de un artículo todavía. El tema de la culpa se va haciendo cada vez más presente. Adquiere la forma de la censura en los sueños, luego en la década del ´10 aparece más explícito un artículo sobre culpa inconsciente, un artículo sobre neurosis obsesiva y luego aparece en la teoría psicoanalítica en la medida que se va armando la llamada primera tópica el tema del narcisismo y el ideal del yo como condición de la represión. El ideal del yo condiciona o la represión o la sublimación. Si condiciona la represión el sentimiento de culpa sigue actuando porque aunque no es consciente el deseo, este permanece. En cambio, dice Freud, si el instinto, la fuerza pulsional o instintiva queda sublimada dice que en ese momento desaparece el sentimiento de culpa porque queda desexualizado el instinto. Entonces se ve que liga directamente sentimiento de culpa con instintos sexuales. Para Freud en esa época en la sublimación no hay sentimiento de culpa. Desarrolla sus ideas sobre el narcisismo, liga esta característica de perfección que los padres le atribuyen al bebé la liga directamente con que los padres se olvidaron de que el bebé tiene sexualidad. El carácter de perfecto de His Majesty the baby consiste en la carencia de sexualidad del bebe. Tener sexualidad en forma directa, o sintomáticamente (en el retorno como síntoma) es una imperfección. Cita en el artículo Introducción del narcisismo a la teoría psicoanalítica de la libido, un cuadro. Cuando menciona “His masjesty the baby” cita Strachey en una nota al pie un pintor Eduardiano que pinta una escena donde una criatura está cruzando una calle muy transitada y dos policías están deteniendo el tránsito para que la criatura pase y es su “Majestad el bebé”. Hace unos años le regalé a la APA la copia de ese cuadro “Su majestad el bebé”. Cuando me puse a buscar ese cuadro les pregunté a varios colegas donde podría encontrarlo. Y todos me decían que lo podía encontrar en cualquier edición de “Introducción del narcisismo”. No podía ser cualquier edición porque la nota al pie era de Strachey, o sea que la edición de López Ballesteros no tenía esa referencia. Y la referencia la hace sin nombrar al pintor. A mí me sonaba extraño porque cuando Strachey pone un agregado lo llena de detalles. El único pintor al que no menciona es a este pintor Eduardiano que pintó “His Majesty the baby”. Cuando yo le preguntaba a mis maestros, incluso a colegas, todos coincidían en que se encontraba en el texto de Freud. “¿Cómo es?” preguntaba yo. Y me decían es un cuadro en blanco y negro con dos policías y un carrito de una criatura. Todos coincidían en la descripción, era un fenómeno espectacular. Yo buscaba en todas las ediciones y en ningún lado aparecía. Ni el pintor ni el cuadro. Después de unos cuantos años tuve la fortuna de encontrar el cuadro de un pintor Eduardiano del año 1905, Arthur Drummond, y que tiene algunas diferencias: no es en blanco y negro, es en color. La criatura no está en cochecito sino que es una criatura de 4 o 5 años, es una nena con una ropa de color celeste. ¿Por qué color celeste si es nena?

Rodolfo Urribarri: Es varón : His Majesty
José Treszezamsky: Al comienzo del siglo XX el celeste era de nena y el rosa de varón. Era lo natural vestir a las nenas de color celeste y a los varones con rosa. Inclusive en los funcionarios con ropa de gala , en los varones predominaba el rosa y las mujeres tenían el celeste.

Volviendo al tema. Ya en “Introducción del narcisismo” es un paso adelante para acercarnos al concepto más definido de Superyó con la descripción de la idealización del objeto, que puede ser el objeto o el yo queda idealizado, en tal caso ya hablamos de narcisismo cuando ocurre esa idealización del yo ligado con el tema de la perfección. Insisto que Freud señala que se supone carente de sexualidad. Luego se agrega “Duelo y melancolía” que describe más esa instancia observadora y crítica dentro del aparato psíquico derivado del tema de narcisismo que está desarrollando. Luego ocurre una bisagra en la teoría psicoanalítica que es “Más allá del principio del placer” donde Freud introduce un enroque conceptual que es que lo que era sadismo primario ahora es masoquismo primario y lo que era el narcisismo primario en pocos meses más va a decir que el narcisismo es secundario. Hace ese enroque a partir del año ´20. Entonces está el tema del masoquismo primario, el tema de la nueva formulación de la teoría de los instintos , instinto de vida e instinto de muerte y el tema de la compulsión a la repetición ligada con el trauma y con los instintos. Responden a la compulsión a la repetición. Esto ya dejó el terreno preparado para que en poco tiempo más aparezca el artículo de “EL yo y el ello” con la nueva formulación teórica del aparato psíquico y ya con toda la explicación instintiva modificada o agregada porque no es que abandonó los primeros instintos del yo y sexuales. Entonces aparece este artículo “El yo y el ello” que es un artículo fundamental en la obra de Freud. A partir de este artículo aparece el término superyó que se repetirá infinidad de veces en la obra, y el término narcisismo va desapareciendo poco a poco. ¿Cuáles son los conceptos fundamentales del psicoanálisis? Esos conceptos que si se quitan de la teoría psicoanalítica decimos que ya no es psicoanálisis.

Participantes: “pulsión, inconsciente, la transferencia, sexualidad infantil con su culminación en el complejo de Edipo…”
José Treszezamsky: la represión que Freud dice que es la piedra basal del psicoanálisis

Participantes: la repetición
José Treszezamsky: pero no es un concepto fundamental porque era psicoanálisis cuando todavía no había en la teoría compulsión a la repetición. Freud los llama a los conceptos fundamentales “El hilo rojo” refiriéndose a una cita de Goethe que en el siglo XVII, XVII y hasta XIX era lo mejor que había y todo era de lo mejor en esa marina, las telas, las anclas, y las sogas eran tan buenas que cada vez que un barco de la marina británica paraba en un puerto al día siguiente venían y encontraban que se habían robado las sogas. Y eso ocurría en todos lados. Entonces los ingleses inventaron un método que consistía en hacer sogas con un hilo rojo entrelazado y al que agarraban con una soga que tenía un hilo rojo quería decir que se había robado un cabo de la marina británica. Pero este hilo rojo tenía una particularidad: si le sacaban el hilo rojo se desarmaba el cabo. Esto que construyeron recién entre todos que son los conceptos básicos del psicoanálisis, son el hilo rojo del psicoanálisis.

Rodoflo Urribarri: también el hilo rojo tenía el sentido de algo que dirige , hay una colección en la Presses universitaire de France (PUF) la colección más importante de psicoanálisis se llama Le fil rouge.
José Treszezamsky: pero habíamos dicho que en la época de la metapsicología el ideal del yo que luego llama superyó y lo equipara en El yo y el ello, era la condición de la represión, que es un concepto básico. El Inconsciente reprimido es consecuencia de la represión que es un concepto básico. El mayor conflicto infantil de la sexualidad infantil es el complejo de Edipo, con todo lo que gira en torno del complejo de Edipo, que es un concepto básico. Presten atención a lo que estamos diciendo: ideal del yo o superyó como condición de la represión, complejo de Edipo, como concepto básico y el superyó como formación reactiva contra el complejo de Edipo. El inconsciente como consecuencia de la represión está ligado con el superyó. O sea que no pasa desapercibido para Freud que cualquier explicación psicológica que no tenga en cuenta el conflicto moral lo retrotrae a la época anterior al psicoanálisis y todavía no llamaba superyó al elemento interviniente en este conflicto moral. Esto es una cita textual de “Tótem y tabú”: cualquier explicación psicológica que no tenga en cuenta el conflicto moral lo retrotrae a la época anterior al psicoanálisis. Es decir lo propio del psicoanálisis es tener en una explicación de lo que estamos investigando el descubrimiento del conflicto una de cuyas partes es lo que llamaba moralidad y luego termina llamando superyó.

Perla Frenkel: dándole categoría de instancia que es una diferencia
José Treszezamsky:… ahora bien, si uno se da cuenta poco a poco el superyó adquiere una importancia fundamental en el psicoanálisis para Freud. A partir de 1923 Freud en poco tiempo dice que el superyó es la resistencia más poderosa en un tratamiento psicoanalítico, más poderosa que la transferencia negativa, más poderosa que el beneficio secundario de la enfermedad, más poderosa que el narcisismo. El superyó dice en 1923 que es el factor determinante del pronóstico de un tratamiento psicoanalítico y de la gravedad de un cuadro psicopatológico. Lo dice explícitamente. Depende del superyó el pronóstico de un tratamiento psicoanalítico. El superyó es el sentimiento inconsciente de culpa. Nos encontramos con cuadros psicopatológicos que desde el punto de vista descriptivo psiquiátricos podrían parecer más graves y si el sentimiento de culpa inconsciente no es tan intenso el pronóstico es mejor. El superyó termina siendo entonces un concepto básico que abarca todos los conceptos básicos del psicoanálisis. Ahora bien un consejo que da Freud es que se investigue la actividad del superyó en cada uno de los cuadros clínicos, cosa que no se había hecho todavía en 1927. Los artículos estos de “Neurosis y psicosis” y “El juicio de realidad en neurosis y psicosis” dice que recomendaba que se investigue el superyó en cada uno de los cuadros clínicos o sea que tiene que estar en todos los cuadros clínicos. Puede ser consciente , estar a la vista o no ser consciente. Ya en “El yo y el ello” habla de sentimiento de culpa consciente y de cuadros en los que el sentimiento de culpa no es consciente. Por ejemplo: en la histeria el sentimiento de culpa no es consciente. Estamos hablando de cuadros presentados como de libro, sabemos que la mayoría de los pacientes tenemos una mixtura de fijaciones y por lo tanto de cuadros psicopatológicos. En la histeria no es consciente porque así como sucumben bajo la represión los deseos edípicos es arrastrado bajo esa represión el mismo sentimiento de culpa entonces el histérico es indiferente ante su producción sintomática o incapacidad para hacer algo o para disfrutar. Otro cuadro en que el sentimiento de culpa es inconsciente es en el tipo caracterológico que él describió como los que delinquen por sentimiento de culpabilidad. El sentimiento de culpa en estos delincuentes no es consciente. Lo que puede aparecer como consciente es cierto estado de inquietud de angustia, que luego el sentimiento de culpa le da cierta forma de ligazón entre el acto que llevó a cabo y ahora un sentimiento de culpa que aparece, puede ser angustia social. Sentimiento de culpa consciente dice Freud que lo encontramos en la neurosis obsesiva y en la melancolía. ¿Cómo diferenciamos un paciente con autorreproches si es neurótico obsesivo o si es melancólico? Es importante diferenciarlo, sino estamos cayendo en la banquina con respecto de entender lo que le pasa al paciente. No es lo mismo la culpa de un melancólico que de un neurótico obsesivo. Freud lo describe con toda claridad: el neurótico obsesivo tiene sentimientos conscientes de culpa a los que no se somete totalmente y contra los que lucha y busca continuamente certificado de buena conducta para demostrar que no se justifican estos sentimientos de culpa. Busca un amigo o alguien cercano y le pregunta: “¿a vos te parece que soy tan mala persona?” y el otro lo calma y le dice: “NO de ninguna manera, si sos un tipo fenómeno” pero no se le va el sentimiento de culpa. No se le va pero lucha contra él continuamente. El melancólico está entregado completamente al sentimiento de culpa y no ofrece ninguna resistencia. No protesta. Durante la crisis melancólica que dura unos dos o tres meses luego se atenúa o aparece el periodo maníaco, pero durante la crisis melancólica no hay manera de mostrarle su buena conducta porque reacciona peor diciendo que es tan mala persona que hasta engaña a los demás haciéndoles creer que es una buena persona. En “El yo y el ello” lo dice explícitamente. Las palabras que les dirijo ahora a ustedes son palabras originales en el sentido de que pertenecen a los orígenes del psicoanálisis.

Representante del claustro: Yo quiero comentar un libro que escribió el doctor que se llama “El superyó invade al psicoanálisis”. Donde usted hace referencia justamente a esto que decía de la clínica. Me pareció importante algo que usted dice allí: “las defensas no están para protegerse sino que son cicatrices de traumas primitivos. Decir que las defensas están para proteger al yo de un peligro es como decir que un árbol que se parte en dos por un hachazo lo hace para evitar un segundo hachazo. El árbol no se parte en dos para evitar un segundo hachazo sino porque lo recibió. Esas son las defensas: las marcas de los hachazos”. Me pareció muy bueno
José Treszezamsky: ¡que golpe fuerte!. Tiene 30 años ese libro. Lo escribí porque yo quería llegar a titular con un trabajo que fuera el resumen de mi esquema referencial a través de mi formación analítica y de mi deformación analítica. Entonces decidí presentar un libro aunque fuera chico que contuviera todo mi esquema referencial. Ahí confirmé cosas que venía viendo hace rato y es que yo tenía un superyó poderosísimo porque el día que presenté el libro para que lo evaluaran con el puntaje adecuado para ya llegar a titular la secretaria de la APA me dice: “¿y por qué lo presentaste? Si vos ya tenés el puntaje”. O sea yo quería presentar el libro con cualquier excusa.

Entonces volvamos a nuestro tema: ¿Cómo aparece el superyó de modo de distinto en cada uno de los cuadros clínicos? En la fobia el superyó aparece como el objeto fobígeno o la situación fobígena. Pero no aparece como sentimiento de culpa. Aparece como angustia. La relación del yo con el superyó es de tres tipos: sentimiento de culpa, sentimiento de inferioridad y angustia. Freud dice en “El malestar en la cultura” el superyó castiga al yo con angustia. Es importante desde el punto de vista de la comprensión de la angustia con respecto a la topografía del aparato psíquico. Si yo digo que la angustia es una preparación ante un peligro estoy incluyendo la temporalidad. Eso no es inconsciente. Si yo digo que la angustia es un castigo que está sufriendo el yo, ahí sí puedo pensar en llegar a descubrir el contenido inconsciente. El paciente en sesión angustiado no es que teme que el analista lo va a castigar. Si está angustiado en la situación transferencial ya se está llevando a cabo el castigo. Veámoslo desde el punto de vista clínico de observación. Un padre amenaza a un hijo y el hijo está angustiado aunque el padre no lo castigue. La misma amenaza es un castigo para el hijo. Ya es un retiro del amor del padre. Los chicos ya lloran con que los padres los amenacen con algo. La angustia desde el punto de vista del inconsciente es un castigo que se está llevando a cabo y Freud lo dice aunque luego no lo desarrolló. Uno lo puede deducir de ciertas formulaciones. La angustia es una de las formas de relación del yo con el superyó. ¿Qué otras cosas describe sobre el superyó ya desde El yo y el ello? Despliega elementos de la técnica psicoanalítica . Freud advierte del peligro de que el analista se coloque en el lugar del ideal del yo, de que se coloque en el lugar de salvador del paciente. Digamos que advierte contra el peligro de que el analista se coloque ahí porque el paciente mismolo va a colocar ahí. Freud advierte al analista, pero el paciente lo va a colocar ahí, o sea en el lugar del superyó. Por lo tanto el conflicto, si uno sigue esta recomendación técnica de Freud de que ningún enemigo puede ser vencido en ausencia o en imagen y tiene que estar presente, el conflicto con el superyó hay que resolverlo en vivo y en directo en la situación analítica y descubrir de qué modo y como actúa el analista como superyó en la patología que sufre el paciente. Otro elemento que trae Freud muy interesante y que es todo un cambio. Habla de la sublimación. Dice ahora con la nueva teoría instintiva que había desarrollado hacía poco tiempo, que en la sublimación ocurre una desexualización instintiva y que por lo tanto ante esta desexualización los instintos sexuales pierden capacidad de ligar el instinto de muerte que queda desligado, liberado y se deposita en el superyó creando una situación que él describe de un modo muy interesante y muy linda como suele describir él. Está en el tomo XIX página 57. Dice: “Mediante su trabajo de identificación y de sublimación presta auxilio a las pulsiones de muerte para dominar a la libido, pero así cae en el peligro de devenir objeto de las pulsiones de muerte y de sucumbir él mismo. A fin de prestar ese auxilio, él mismo tuvo que llenarse con libido y por esa vía deviene subrogado del Eros y ahora quiere vivir y ser amado. Pero como su trabajo de sublimación tiene como consecuencia una desmezcla de pulsiones y una liberación de las pulsiones de agresión dentro del superyó, su lucha contra la libido lo expone al peligro del maltrato y de la muerte. Si el yo padece o aún sucumbe bajo la agresión del superyó, su destino es un correspondiente del de los protistas, que perecen por los productos catabólicos que ellos mismos han creado…” o sea que en su metabolismo crean productos de desecho que van aumentando a medida que sobrevive este ser unicelular y el medio en el que vive cada vez se llena más de productos de desecho y dice: “En el sentido económico, la moral actuante en el superyó nos aparece como uno de estos productos catabólicos”. Miren como cambió el tema de la sublimación. Antes en la época de la metapsicología decía que con la sublimación terminaba el conflicto porque había desexualización de la libido y acá dice lo contrario. Con la sublimación hay una desmezcla instintiva y eso lleva a un incremento del poder del superyó.

Participantes: parece una metáfora del mundo
José Treszezamsky: a eso vamos. Pienso que más que metáfora del mundo tiene implicancias más sorprendentes. Esto que les leí es de 1923. En 1922 un inglés del circuito de Bloomsbury donde estaban James Strachey, Lytton Strachey, Virginia Woolf, Carrington la pintora, Bretrand Russell, John Maynard Keynes. Todos se consideraban los doce apóstoles, se consideraban lo mejor de Cambridge. Uno de estos intelectuales era Leonard Woolf el marido de Virginia Woolf. Lytton Strachey se había enamorado de ella pero le pide a Leonard Woolf que le proponga casamiento a Virginia porque él era homosexual y el tema iba a ser complicado. Leonard Woolf que era muy buen tipo le propuso casamiento y se casaron. Ella escribía y nadie le daba importancia. Y Leonard Woolf compró una maquinita de imprimir y empezó a editar los trabajos de V.W y después empezó a editar trabajos de autores de Europa y de Rusia que nadie editaba y terminó editando “Moisés y la religión monoteísta” y creó la Hogarth Press y así se editó la Standard Edition cuya traducción al inglés la hicieron los Strachey con la asesoría de Anna. Pero todavía no les mencioné a una persona importante para nosotros en esta charla que pertenecía a este grupo y se llamaba Arthur Tansley y que en el año ´22 le pide a Freud análisis. Arthur Tanskey era un botánico muy importante y en el año ´22 fue tres meses a Viena a analizarse con Freud. Vuelve y habla con la familia y toda la familia se va en el año ´23 a Viena y él se analizó todo ese año con Freud. Mientras Freud escribe estas frases que les acabo de leer acerca de la sublimación y los protistas que terminan muriéndose en los mismos productos catabólicos que ellos producían, estamos hablando de la ecología. Arthur Tansley es uno de los padres de la ecología. Escribió un libro en el año ´33 que se llama “The New Psychology and its relation to life” “La nueva psicología y su relación con la vida”. Se vendían miles de ejemplares en Inglaterra y Estados Unidos, mucho más que cualquier otro autor de psicoanálisis. Fue un éxito editorial, se dedicó al psicoanálisis durante varios años. Y luego volvió a la botánica es el creador del término ecosistema. En esta relación entre Freud y su paciente decanta esta frase que tiene una fuerza enorme. Dice algo así como que estamos muriendo sumergidos en el cinturón ecológico. Ese cinturón ecológico, esos desperdicios son creados por la sublimación que libera instinto de muerte que es un plus que incrementa el poder del superyó por lo tanto poco a poco disminuye la satisfacción sexual directa y la especie se dirige hacia una desexualización y construcción de ideales que son correspondientes con un incremento de la autoestima. Cada sociedad tiene sus ideales que la hacen sentirse superior a cualquier otra sociedad por lo tanto atenta contra cualquier intento de arreglo entre sociedades y el individuo. El ideal como factor importante en la producción de autoestima en la medida que uno se acerca a este ideal, lo trae en “Moisés…” como que acercarse a ese ideal, cumplir con los mandatos infantiles es la base del sentimiento de orgullo, un sentimiento típicamente narcisista…. que produce una alteración total en el aparato psíquico. ¿Por qué? Porque hasta la creación y la instalación del superyó en el aparato psíquico la frustración crea un incremento de tensión y malestar, y provoca rechazo. Pero una vez que se instala el superyó la frustración no solamente no provoca rechazo sino que incrementa la autoestima. Entonces el aparato psíquico se altera totalmente en el sentido de las acciones y de los efectos del medio ambiente. 
Público: tiene algo maníaco

José Treszezamsky: exactamente sentirse orgulloso por cumplir con la renuncia es lo que llamamos manía. Ahora bien ¿qué quiere decir? Que antes de la instalación del superyó ante un incremento de tensión se prendía la lucecita colorada. Era un peligro, era algo que provocaba disgusto y que ante la satisfacción de un deseo se prendía la lucecita verde. Con la instalación del superyó es al revés: si uno quiere satisfacer un impulso se prende la lucecita colorada y si uno renuncia al impulso se prende la lucecita verde. O sea que las leyes de funcionamiento del aparato psíquico se trastocan ante la instalación del superyó. Eso no es inocuo Freud dice: está la vida en juego. Hay gente que discute esa frase que aparece en “EL yo y el ello”: puro cultivo de pulsión de muerte.

Perla Frenkel: es que fue tan insoportable que diga eso
José Treszezamsky: hay gente que esa frase la atribuye únicamente para la melancolía. Pero Freud está tomando la melancolía para explicar el superyó. No hay nada libidinoso en el superyó. Tal es así que si hacía falta aclararlo en las “Nuevas lecciones de introducción al psicoanálisis” dice que el superyó toma sólo de los padres la función admonitora, prohibitoria y castigadora, nada del aspecto protector y libidinoso de los padres.

Público: ¿Por qué se dice tanto que el superyó tiene una función protectora?
Perla Frenkel: porque resultó insoportable el planteo de Freud. Incluso hubo una época en que se planteaba que había que cambiarle el superyó al paciente por el superyó del analista.
José Treszezamsky: Si, Strachey en el artículo “La naturaleza de la acción terapéutica del psicoanálisis” hablaba de esta posibilidad de cambiar la severidad del superyó del paciente. En realidad en un tratamiento psicoanalítico con el superyó no podemos hacer nada. En un tratamiento vemos que el que padece el síntoma es el yo, el que consulta para ser ayudado es el yo, el que ofrece resistencia es el yo y el que colabora en el tratamiento es el yo. Freud describe las metas de un tratamiento analítico con varias fórmulas que son siempre las mismas: “donde ello estaba el yo debe advenir”, “llenar las lagunas mnémicas”, “hacer consciente lo inconsciente…” y tiene una última formulación que es equivalente: “hacer al yo más independiente del superyó”. La meta del tratamiento analítico no consiste en lograr un superyó más bondadoso, si es puro cultivo de pulsión de muerte no lo podemos hacer. No podemos sacarlo de encima. Pongamos los puntos sobre las íes. No vamos a lograr eliminar el superyó de nadie. La meta del tratamiento analítico es que el yo sea consciente de que está sometido al superyó transferido en el analista y poder así liberarse de los mandatos inconscientes del analista. La última formulación de Freud es que la meta del tratamiento es hacer al yo más independiente del superyó. Otros autores hablaban del superyó más benigno. Strachey tiene ese artículo que les mencioné. Fíjense que siempre se dice que Freud era severo y que no dejaba que nadie pensara diferente. Strachey estaba en ese momento con Freud traduciendo sus artículos y él escribió ese artículo que les mencioné . ¿Ustedes recuerdan cómo empezó la traducción de Strachey? Había una traducción de Brill que había emigrado a los Estados Unidos. Y un día Jones le da a Freud una traducción de Brill y él se la muestra a Strachey y le pregunta “¿Qué opina?”, Strachey dice: “Bueno, no sabe inglés y no domina el alemán”. Típica manera de hablar de ese grupito de Bloomsbury. Estaba Bernard Shaw que era muy cercano a ese grupo y había una enemistad entre Lady Astor y Bernard Shaw y un día ella le dice: “Si usted fuera mi marido yo le pondría veneno a su café” y Shaw le contesta: “Si yo fuera su marido me lo tomaría con gusto”

Rodolfo Urribarri: y una vez ella le dijo “borracho” y él le dijo: “a mí se me pasa”
José Treszezamsky: y un día Bernard Shaw le había mandado dos invitaciones para el estreno de una de sus obras a Churchill y le pone: “Le mando dos invitaciones para el estreno de mi obra: una para usted y otra para un amigo si es que lo tiene” y Churchill le contesta: “Le agradezco mucho sus invitaciones. Ese día justamente tengo un compromiso. Por favor mándeme dos invitaciones para una segunda función si es que la habrá”.
Participantes: ¿cómo sería la intervención en los casos en los que se ve un superyó muy muy severo?

José Treszezamsky: ¿qué quiere decir hacer consciente lo inconsciente? Tenemos la idea habitual de entenderlo como una traducción y no es así. Freud dice: El texto se traduce y la transferencia se deduce. El trabajo analítico es de construcción y es tan terminante con esto que en la página 70 del tomo XXIII que es “Moisés…” dice: “de modo tal que es un disparate llamar psicoanálisis a cualquier tratamiento que transcurra sin la reconstrucción del pasado infantil sexual olvidado”. La técnica psicoanalítica tiene que ver con eso. En alguno de los artículos finales dice que lamentablemente se impuso la palabra interpretación pero lo que en verdad se trata de una construcción. Strachey estaba con esta idea “La naturaleza…” donde hablaba de la interpretación mutativa. El artículo era lindo nos gustaba, pero a medida que lo leíamos nos dábamos cuenta que pensaba que había que cambiar el superyó del paciente. Pensaba distinto a Freud y no había problema con eso. Si uno se fija en la obra de Freud el trabajo es con el yo, que es el que sufre.

Perla Frenkel: Pierde todos los derechos humanos el pobre yo
José Treszezamsky: Si se desarrolla en la transferencia por compulsión a la repetición: “Recuerdo repetición y elaboración”, “Más allá del principio del placer”, si se desarrolla la escena infantil olvidada y aparece como una transferencia presente, como un acting out, porque este concepto se refiere originariamente a la transferencia: “He acted it out instead of remember”. Eso es el acting out en “Recuerdo repetición y elaboración” o sea que en lugar de recordarlo lo despliega escénicamente. Entonces si el trabajo analítico se concentra en esta situación de la neurosis infantil lo que se hace al levantar represiones se está reconstruyendo la escena infantil olvidada.

Participantes: pero usted hizo mención al superyó del analista
José Treszezamsky: hay dos cosas a tener en cuenta: el analista como superyó con el cual tendrá que lidiar el paciente y el analista mostrarle que lo que hace o deja de hacer es por sometimiento al analista. No como si. Si el paciente dice: “Yo lo siento a usted como si fuera mi padre” no eso no es, lo vive como una realidad actual.
Un ejemplo: un americano en el análisis con Freud le dice: “Esto de la transferencia ocurre con los neuróticos. Yo no soy neurótico a mí no me pasa nada”. Freud al avanzar la sesión le dice: “Le voy a contar un chiste pero le pido de parte suya una promesa de caballero. Usted puede contar el chiste a otro pero no le diga a nadie que se lo conté yo” “No hay problema Herr Profesor”. Esa noche su paciente va a una de las reuniones habituales que hacían los que iban a analizarse a Viena con Freud. Se armaba todo un círculo social al que Anna solía ir. Ella va a la reunión y lo encuentra al paciente el americano, quien en un momento de la reunión dice “Saben hoy Herr Profesor me contó un chiste buenísimo”. Llega Anna a la casa y le dice “¡Que buen chiste que le contaste a tu paciente el americano!”
Freud callado. Al día siguiente llega el americano a la sesión se acuesta y Freud le dice “Usted no es una persona de palabra no es un caballero. Mi hija me contó que ayer usted contó el chiste y dijo que lo conté yo.”
Se largó a llorar y le decía no sé por qué lo hice. Freud lo dejó llorar un rato y le dijo: “¿Ve? Esa es la transferencia”. No es como si fuera mi padre, porque decirlo así es decir que es como si fuera análisis. Entonces esta línea que señala Freud de la posición del analista como el salvador, y que el analista no debe tomar pero debe estar advertido de que el paciente lo va a colocar ahí, no solamente lo va a colocar sino que va a ser el terreno de batalla. El paciente tiene que ver en análisis cómo lograr ahora independizarse del analista. Esa es la línea que siguió Garma. El primer seminario que se dictó en la APA fue “Más allá del principio del placer” y a partir de ahí el trabajo de Garma que venía de antes, del año ´31 con su trabajo sobre la esquizofrenia, era seguir esa línea a través de “EL yo y el ello” y toda la línea de Garma pasa por la importancia del superyó donde la meta del tratamiento es hacer consciente al paciente el sometimiento al superyó transferido en el analista.

Pregunta: ¿En virtud de esto como pensamos la temática del sueño vista por Garma?
José Treszezamsky: Garma va a decir que definir al sueño como una realización de deseo no es ninguna novedad, es como decir que el hígado es un conjunto de células porque la retina también lo es el riñón también, etc. Definirlo como realización de deseo no es ninguna novedad. Así que para entender un sueño tenemos que entender cómo se genera la alucinación onírica porque un sueño es una alucinación durante el dormir entonces tenemos que entender cómo se genera la alucinación para eso tenemos que entender cómo se genera el juicio de realidad, como diferenciamos lo interno de lo externo. Para Freud se genera de entrada en la vida de un individuo a través de una prueba motriz, es un experimento. Si me pincha y retiro la manito y no me pincha quiere decir que no es algo mío, es algo externo. Este es el primer experimento del ser humano. Garma dice que al comienzo el ser humano no tiene tanta capacidad de evitar los estímulos externos está muy desvalido, si no viene alguien a rescatarlo de una situación externa que lo daña el chico solo no puede escapar de eso. Entonces llega a la conclusión de que el juicio de la realidad es al revés de lo que dice Freud (se nota un tono vasco en esto en Garma). El yo debe aprender que es externo real aquello que no puede evitar, y en cambio es interno aquello que se puede evitar, yo me puedo distraer de un pensamiento lo puedo reprimir, se puede evitar desde los mecanismos tempranos de defensa. En cambio de lo externo no puedo. Entonces dice todo estímulo cuya percepción se impone cuando uno está expuesto al estímulo le atribuimos carácter real. Estamos durmiendo llega un estimulo a la consciencia no lo podemos evitar se impone y deducimos esto es real externo.

Pregunta: ¿Y en la compulsión?
José Treszezamsky: es interesante porque me olvidé de aclararles algo. El superyó es una patología, no es normal tener un superyó. Es inevitable, es una patología universal. ¿Por qué es una patología? Porque Freud dice: Transformar una compulsión externa en una compulsión interna estamos demasiado acostumbrados a considerarlo normal. Si yo te ordeno lastimarte y te olvidas de eso y al rato te vienen ganas de lastimarte, cortarte y que se yo, se transformó una compulsión externa en una compulsión interna. Freud dice que el superyó es la transformación de una compulsión externa en una compulsión interna. Hemos introducido un parásito en el aparato psíquico basado en una función fundamental que es la lucha contra el complejo de Edipo que es la capacidad de agredir o vencer a un rival y la capacidad de conquistar un objeto amoroso. Eso se introdujo como algo normal en el aparato psíquico. Es como que hay una epidemia de viruela y que la adquirimos todos: eso sólo significa que la tenemos todos, estamos todos enfermos de lo mismo, y no que la viruela es normal. Freud describe al superyó como una patología universal. La transformación de una compulsión externa en una compulsión interna.

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